Monsieur le Président, ¿Me permitís que, agradecido por la bondadosa acogida que me dispensasteis, me preocupe de vuestra gloria y os diga que vuestra estrella, tan feliz hasta hoy, está amenazada por la más vergonzosa e imborrable mancha?Así comienza J'Acusse, la carta abierta que publicó el diario L'Aurore en enero de 1898. El autor, un indignado Emile Zola; el destinatario Felix Faure, entonces Presidente de una República Francesa enfrentada por la falsa acusación de traición al militar Alfred Dreyfus. En ella, Zola acusaba ante Faure a los verdaderos culpables de la felonía. La carta le trajo no pocos problemas a Zola, quien amenazado de muerte y tras un forzado exilio, murió años después en su casa de Paris en circunstancias extrañas.
Faure era antidreifusard, qeu así se calificaba a los opositores a la revisión del caso. De Faure dicen que fue más célebre por su muerte que por su vida. Fue un discreto Presidente de la III República Francesa entre los años 1895 y 1899.
Finalizó su mandato a los 58 años. Murió siendo Presidente. Se encontraba en el Salon Bleu del Palais de L'Élysée. Mientras mantenía relaciones sexuales con su joven amante, Marguerite Steinheil, sufrió un ataque de apoplejía que terminó con su vida.
Su tumba, muestra la figura en bronce de un Faure yaciente obra del escultor René de Saint-Marceaux. Por su ubicación, no parece propia de un Presidente que fue de la Republica. Se encuentra en el lateral derecho de la Avenida Principal del cementerio de Pere Lachaise a la intemperie, cubierta de hojarasca y al capricho de gatos y lagartos que campan el cementerio.
Faure tiene dedicada una Avenida en París y una estación en de la línea M8 de la RATP. A unos 300 metros, con una longitud similiar y sin llegar a tocarse, está la Avenida de Emile Zola.